viernes, 12 de julio de 2013

EL LUCERO DEL ALBA







           De mí qué puedo decir: que nací en el Mediterráneo (igual que en la canción), pero con el Atlántico, herencia de mis mayores,  a mis espaldas. Me gusta el color de uno y el rugir del otro. En cuanto a mi edad, para qué vamos a hablar de algo que poco añade a mi esencia. 

           De pequeña quería ser muchas cosas: peluquera, princesa, actriz, hada, pediatra, escritora; otra vez, princesa y actriz, con actriz repetí muchas veces, más tarde quise ser directora de cine, hasta que me decidí por estudiar lo que ahora soy. Luego la vida nos lleva por derroteros que ni sospechábamos, pues, no soy ni princesa, ni actriz, ni hada, ni pediatra, ni escritora, ni directora de cine, y ni siquiera peluquera. Del colegio lo que más me gusta recordar son las clases de literatura, en concreto, cuando hacíamos redacciones (ahora lo llamaríamos taller de textos). Guardo en mi memoria un entrañable recuerdo de dos profesores que fueron muy importantes en mi vida literaria, aprendí mucho con ellos y afianzaron mi gusto por la palabra, todo lo que  escribía les encantaba y siempre me animaban a continuar con esta actividad, "esta cualidad –decían– se desarrolla escribiendo". Dejé de escribir, sin embargo. ¿Por qué?, no lo sé: quizá las circunstancias, quizá la vida, quizá un carácter poco decidido, quizá la falta de un objetivo determinante. O, quizá, la mezcla de todo.
     
       Afortunadamente, la vida está surcada por innumerables caminos de innumerables direcciones y sentidos, y cuando creía que aquel camino estaba perdido –¡y casi olvidado!– lo retomo y recupero una vocación perdida. Comienzo a escribir, y a fisgonear en Internet. Llevaba unos cuantos años siguiendo por facebook un Certamen literario, Canal Literatura, y, después de mucho pensarlo, decidí presentarme. Bendigo el día que lo hice: cambió mi vida. Entablé relación con otros participantes, escritores maravillosos e inquietos, y juntos hemos iniciado una nueva aventura: un foro, este blog, un posible libro en común y quién sabe qué más...


       Que qué me gusta. Cómo soy una persona anónima, que vive y vivo una vida ordinaria, de las que no  salen ni en la tele, ni en el papel de colorín, y mucho menos se estudiará en los libros de historia, siempre lo he compensado soñando. Sí.
  
       Me gusta soñar: completo huecos, ausencias y negaciones.
       Me gusta el cine. Todas las artes están en él.
       Me gusta la música y no solo la clásica. Me gusta todo tipo de música, hasta la romanticona.
      Me gusta leer, me encanta. Siento que necesitaría otra vida para leer todo lo que me interesa. ¡Soy tan lenta!
       Me gusta pasear por la orilla del mar y sentir cómo su brisa despierta cada poro de mi piel.
       Me gusta la gente auténtica, la de verdad, aunque, a veces, duela.
       Me gusta comerme a besos los piececitos gorditos de los bebés. Delicioso.
       Me gusta gustar...
      Me gusta dormir envuelta en seda, delicioso, ¡cómo los piececitos de los bebés!. (En caso de crisis económica, se puede sustituir por una sedosa viscosa)
       ¡Ay!, por eso me gusta soñar, porque yo, como Cortázar, "no hago diferencia entre la realidad y lo fantástico. Para mí lo fantástico procede siempre de lo cotidiano".


        




5 comentarios:

  1. Lucero del Alba, bienvenida. Te incorporas como el lucero de la tarde (por lo tarde), pero brillando igual. Regala tus palabras sedosas, envolventes y frescas a nuestros lectores, cuenta tu versión de nuestra aventura, ocupa tu sitio...

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  3. Bonita carta de presentación de una persona extraordinaria que vive una vida ordinaria.

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  4. Muchas gracias, si tuviera cara y nombre tomaríamos un café. Sería extraordinario.

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