A la puesta del sol
Alzo mi copa al rubio sol de otoño
que hace arder las hojas de las vides.
El vino oscurece un cielo de sangre:
Por ti, por el misterio de tus ojos .
Por las preguntas que dejaste al irte
y el silencio fecundo de la ausencia.
Y porque el mosto, el tiempo y la madera
dulcifican los frutos de lo amargo,
brindo hoy por mí, la tierra y la cosecha.
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¿No quedan lectores ni saboreadores?
Permítame que brinde por su puesta de sol, poeta.
Sea quien sea usted.
Sea quien sea yo.