Creo que lo que sigue
merece una explicación: muchos de los miembros del Corral de las Palabras nos
encontramos en el Certamen de Relatos breves del Canal Literatura de Murcia.
Durante meses, mientras esperábamos el veredicto del jurado, hicimos amistad
algunos de los concursantes. Nos buscamos un local virtual para reunirnos y
allí empezó una hermosa historia de amistad. Al principio, acudíamos embozados
tras los disfraces que los seudónimos nos proporcionaban y, cuando terminó el
Certamen, nos desenmascaramos para seguir con una experiencia que a todos nos
ha enriquecido. Ayer, aquél don Juan Tenorio que visitaba la vieja bodega, ha
rescatado para nuestro recuerdo las palabras con las que se despedía de sus
amigos virtuales del Certamen, antes de encontrarse con los de carne y hueso
que le esperaban en El Corral.
He buscado y encontrado
este comentario que Luismi hizo en el Canal, en la Vieja bodega, el
15 de febrero de 2013. Aún no nos conocíamos, aún no habían caído las máscaras
de aquellos increíbles meses de Morfeo, Dies Irae, don Juan Tenorio...
Las líneas de Luismi
son hoy como un testamento:
Porque al final lo que cuenta es que nos hayamos encontrado en esta
encrucijada virtual y aunque unos tomen un camino y otros el opuesto, el
recuerdo quedará siempre en la memoria…
Y para los que todavía compartan camino durante un buen trecho, que éste
sea tan enriquecedor para todos como lo ha sido hasta ahora.
Me tranquiliza el hecho de saber que podemos continuar en contacto a través
de esta página por lo menos hasta que tengamos la posibilidad de hacerlo a
través de las redes sociales.
No quiero despedirme sin antes dejar en esta cálida y acogedora bodega un
fuerte abrazo para todos/as los que aquí compartís vuestros sabios comentarios,
y especialmente para tí, mi querido/a Asesino/a, nuestro/a gran anfitrión/a.
Espero volver pronto por aquí, y si os ha gustado el orujo, os prometo unas
cuantas botellas más para la próxima ocasión.
Muy gustoso volveré a coger el viejo tren de madera.
À bientôt chers amis
Disculpadnos
que sigamos llorándole.
Mi
querido amigo, el viento se encargará de repartir tus cenizas por el mundo
entero. Esa imagen me da cierto consuelo, pues tú deseabas recorrerlo de punta
a punta y vivir en todos sitios.
Descansa
en paz, amado Luismi. "
Tornado Celeste
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