Día de Difuntos, lejos de las tierras de Halloween.
Reclamo el honor y el recuerdo de nuestra literatura
profunda, la que se pierde entre huesos laicos y disfraces de bruja aburrida.
Reclamo la presencia de un caballero que salía de las
páginas románticas de Zorrilla cada primero de noviembre.
Reclamo la memoria de un personaje con capa y con espada,
con orgullo y con audacia.
Invoco en esta tarde de Ánimas al mejor de todos, entre las
leyendas.
Don Juan Tenorio, sal de entre las calabazas opresoras y rasga
con tu luz las tinieblas de nuestra cultura.
Sombra Tenorio
Yo también reclamo la luz del verso ante la oscuridad del culto a la calabaza.
ResponderEliminarMe uno al reclamo. ¿Por qué asumir culto a una calabaza? ¿Por qué disfrazar a nuestros niños con costumbres ajenas? ¿Acaso no tenemos suficientes tradiciones propias? Sí. Las tenemos. Abramos las puertas de nuestra cultura al mundo y no nos dejemos invadir por malas películas, por más difusión que estas tengan.
ResponderEliminarPues, por enredar, yo reclamo el derecho a divertirse como a cada cual le parezca. Que hay sitio para todo y para todos. Que Don Juan se bata en combate con sus estatuas revividas o con los zombies que se le pongan chulos. La imaginación al poder y a mi me enternecen esos niños vestidos de muertos por sus mamás, hacendosas ellas y rendidas a otras culturas que les permiten presumir de sus hijos, aunque sea a golpe de invasión foránea. Halloween, Carnavales, Teatro... cualquier excusa es buena para dejar correr la imaginación.
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